lunes, 26 de octubre de 2020

Tawahkas

Los Tawahkas son un grupo indígena que cultural y lingüísticamente pertenecen al grupo étnico de los Misumalpas (Miskito, Sumo, Matagalpa) de origen Macro Chibcha que llegaron a estas tierras procedentes de América del Sur

Los Tawahkas fueron uno de los grupos indígenas más grandes que habitaron Centroamérica durante el periodo Colonial, no obstante en la actualidad constituyen un pequeño grupo formado por aproximadamente 1,500 personas.

El pueblo Tawahka de Honduras es uno de los grupos indígenas más grandes que habitaban Centroamérica durante el periodo Colonial. Su numerosa población se extendía desde el Rio Patuca en Honduras a lo largo de la Sierra Central de Nicaragua hasta el Rio Rama.

Durante la Conquista, los Tawahkas fueron llamados Taguacas por los Españoles, quienes les temían y los consideraban personas indomables y agresivas que los atacaban a ellos, a los Lencas y a los Misioneros.

También son llamados popularmente Sumos, sin embargo este término es rechazado por los Tawahkas, ya que la palabra Sumo en lengua Misquita hace referencia a una situación de inferioridad.

A pesar de ser descritos como seres agresivos por los Españoles, los Tawahkas son personas sumisas que durante años han soportado la injerencia e influencia de los Misquitos, llegando al extremo de tener que adaptarse a gran parte de las costumbres Misquitas, pero se han mantenido en la lucha por mantener viva su propia cultura.

El principal medio de subsistencia del pueblo Tawahka es la agricultura, también se dedican a la pesca, la caza, la elaboración de artesanías, la cría de ganado y a la construcción y venta de pipantes (especie de canoa) para navegar.

Comunidades Tawahkas

Las comunidades Tawahkas son pequeñas y carecen de los servicios básicos. Las actividades de sus habitantes estan centradas en la familia y todos los miembros participan activamente en la producción económica familiar.

De las 7 comunidades Tawahkas, las más grandes son Krautara y Krausirpi. Sin embargo, Krausirpi es la principal aldea Tawahka y posee la mayor cantidad de habitantes.

La comunidad de Krausirpi, esta ubicada en la margen derecha del Rio Patuca, en la desembocadura del Rio Wampú, fue fundada en 1938 por el último Cacique Tawahka llamado Claudio Cardona.

En el año 1948, la comunidad Tawahka más habitada era Yapuwas, sin embargo ésta fue desolada por una peste que la azotó. La peste y la presión a la fueron sometidos los Tawahkas por las autoridades del departamento de Olancho para que abandonaran el pueblo fueron las causas principales de la drástica reducción de la población Tawahka de Honduras.

Krausirpi, es una comunidad Tawahka que comenzó su crecimiento poblacional con la llegada de 3 familias procedentes de Yapuwas, de donde salieron huyendo por la peste, la que se dice era tan mortal que a diario mataba entre 3 y 4 personas y solo se salvaban de morir aquellos que abandonaran el lugar.

La dominación Española y la agresividad de Los Misquitos obligó a los Tawahkas a abandonar sus comunidades y establecerse en la región central del Departamento de Gracias a Dios.

Idioma Tawahka

El Tawahka, llamada por ellos “Twanka” es la lengua materna de grupo indigena Tawahka. La lengua Tawahka posee una estructura mofológica y sintáctica muy similar a la lengua Misquita, pero con menos léxico en común. Ambas lenguas pertenecen al grupo lingüistico Macro Chibcha de la región Sudamericana.

Debido a la gran similaridad de estos dos idiomas indígenas, Los indígenas Tawahkas han adoptado también el idioma Misquito, esto los convierte en el único pueblo indígena trilingüe de Honduras ya que hablan el Tawahka, el Misquito y el Español.

Etnohistoria

Se hace una breve descripción de la historia de los contactos y sus consecuencias. Es una lectura antropológica de las fuentes históricas que registran los contactos del Pueblo o Etnía con la llegada de la Conquista.

Los tawahkas de Honduras han ocupado una porción significativa del sur oriente del país. El primer contacto que tuvieron con los españoles fue en 1604. Los Tawahkas o sumos eran uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el periodo colonial. Se extendían hacia el sur desde el río Patuca en Honduras, a través de la sierra central de Nicaragua, hasta el río Rama. Durante la época colonial, se vieron obligados a replegarse hacia el interior del país, ante la belicosidad e intransigencia de los misquitos o zambos; así fue como se establecieron en la región central. Al parecer los Tawahkas tienen parentesco cercano con los misquitos. Hay muchos rasgos socioculturales que los asemejan y la lengua es uno de esos elementos.

Antiguamente estaban formados por diez sub tribus: Tawahka, Panamako, Ulva, Bawinka, Kubra, Yusku, Prinzu, Boah, Islam y Ki. Los documentos coloniales indican que fueron el grupo dominante en esta zona por lo menos durante cuatro siglos. La evidencia indica que el núcleo de las tierras tawahkas de Honduras siempre se ha situado en los alrededores de la confluencia de los ríos Wampú y Patuca, en donde viven actualmente. Gran parte de los Tawahkas residentes en la zona de La Mosquitia son una mezcla de mismitos, pech y ladinos Las relaciones familiares y de amistad han sido el patrón cultural que han determinado las demás formas interrelacionales y productivas. Muestran marcadas tendencias comunitarias.

Los Tawahkas han conservado gran parte de su cultura autóctona tanto en lo económico, social, cultural a través de varias manifestaciones religiosas artísticas, alimenticias, jurídica como en su entorno ecológico. En el aspecto económico, la unidad productiva de la etnia es la familia, principal grupo generador de la fuerza de trabajo. Su música esta representada por algunos instrumentos musicales como: bahah ( flauta), Sibayan ( maraca), Durum (tambor), el Kuah Untak (cascarón de tortuga), Lunkú (arco) etc. En el aspecto alimenticio elaboran bebidas y comidas propias de la zona, entre ellas la chicha de maíz, de arroz, aguardiente de supa, el guabul (bebida preparada a base de guineos verdes y agua)

Ubicación

Se ubica geográficamente en la región conocida como el Patuca Medio, en la Biosfera Tawahka Asangni, que comprende 233.000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, que fue declarada oficialmente como zona protegida por el Congreso Nacional en diciembre de 1999, formando parte de la sección hondureña del Corredor Biológico y Cultural Mesoamericano, la segunda reserva de bosque más grande del continente, ubicada entre los departamentos de Olancho, Colón y Gracias a Dios, cuya población aproximada es de 1,500 miembros, se distribuye en siete comunidades: Parawasito, Kosmako, Yapuwas, Parawas, Kamakasana, Krautara y Krausirpe.

Salud


La situación de la salud es crítica. Esto puede ser otra de las causas por las cuales este grupo cada vez es mas reducido. Las difíciles condiciones de vida que caracterizan la región hacen casi imposible que médicos y personal especializado se establezcan en la zona. Entre las enfermedades que mas afectan a las comunidades se encuentran diarreas, malaria, gripe rasquiña, angina, estreptocócica, fiebres reumáticas, anemia y desnutrición. En tiempos de la guerra contra-sandinista (la mayor parte de la década de los años 80) en Wampusirpe se instalo un campamento de asistencia medica de la Cruz Roja para los refugiados, ubicados en asentamientos a lo largo del rio Patuca. Además, recibían atención médica de brigadas de la Iglesia Morava, que tenia la sede en Pimienta. Con la finalización de la guerra y el retorno de los refugiados a Nicaragua, estas atenciones terminaron al retirarse los organismos internacionales.

Los tratamientos médicos los hace la misma gente en base a medicina tradicional. Los casos graves son atendidos por curanderos, quienes conocen bien la medicina natural. Además, muchos pobladores recurren a los llamados zukias (brujos y brujas), quienes recetan brebajes extraídos de hierbas o raíces; solo cuando los casos se complican es que la gente transporta los enfermos a Wampusirpe en busca de los servicios médicos de la enfermera local, quien se queja de que la gente acude cuando las dolencias se encuentran en estado avanzado.

En las comunidades tawahkas, ningún organismo trabaja en el sector salud. Tampoco existen centros médicos que atiendan las necesidades de las comunidades. En Wanpusirpe solo existe el local que dejo la Cruz Roja, sin medico y sin los implementos y medicamentos necesarios.

Los datos que recabamos en este estudio nos dan indicios alarmantes, ya que el promedio de vida esta entre 38 años para los hombres y 43 para las mujeres. Dé cada 5 niños que nacen, tres mueren antes de cumplir los siete años y la mayoría muere de enfermedades fáciles de prevenir, si se observan las normas mínimas de higiene. La desnutrición es alta, llegando al alarmante porcentaje del 92%. Se atribuye, principalmente, a la mala alimentación y a las duras condiciones de vida en la región. Además de lo anterior, son muchas las mujeres que mueren de parto

Cultura y Tradición

Los Tawahkas muestran un alto grado de penetración cultural misquita. Durante el siglo XIX estuvieron a punto de extinguirse debido al reducido número de mujeres Tawahkas por razones aun no determinadas y a que sus varones no deseaban unirse con las mujeres misquitas. Ocurre lo contrario con los misquitos quienes sin problema alguno deciden juntarse con las Tawahkas. Una muestra de influencia misquita es una de las bebidas mas tomadas por los Tawahkas; el guabul, bebida elaborada de puré de plátano maduro disuelto en agua o leche y puesto a hervir. Además de estas elaboran vinos de varias especies de palmas y de caña de azúcar; del arroz y del maíz preparan bebidas embriagantes como la chicha. De la palma llamada supa consumen el fruto cocido y el tronco les sirve para construir arcos y flechas (igual que los misquitos). Consumen contrario a los misquitos, en menor medida ajo, cebolla, café, y té de varias hiervas.

El ganado mayor se vende localmente, se destaza o se lleva a vender a Wampusirpe (comunidad mayoritariamente misquita); durante el verano, cuando baja el nivel del rio, las reses son conducidas por las riberas de la Patuca. El viaje a pie puede durar de tres a cuatro días. La posesión de ganado es un indicador de riqueza; otra forma de riqueza es la posesión de cerdos, pero poca gente se dedica a criarlos.

La indumentaria es típica campesina, tanto en los hombres como en las mujeres. En épocas recientes, las mujeres tawahkas usaban refajo, un lienzo listado y de vivos colores, lo suficientemente ancho como para dar varias vueltas a la cintura y, tan largo, que llegaba a la cintura; también usaban un forro de manta. El busto lo llevaba al descubierto pero, a veces, usaban una camisa manga corta y escotada. En la actualidad, los niños andan desnudos. El taparrabo estaba hecho de tuno y los usaban indistintamente los varones y las niñas, además de algunos ancianos.

Entre los tawahkas existía una especie de rito en el que, para determinados acontecimientos, se pintaban la cara de acuerdo con las circunstancias: viajar, sembrar, etc. Además, se pintaban las piernas y brazos con una sustancia resinosa que los protegía de los insectos. Esta practica se uso hasta principios de los años setenta. Después prefirieron usar de los productos que se obtienen en las farmacias.

Educación

El 96% de los pobladores son analfabetos y unos 387 niños se encuentran en edad escolar. El analfabetismo entre las mujeres es mayor y alcanza un 100%. Aunque existen dos escuelas, una en Krausirpe y la otra en Krautara, solo la escuela de Krausirpe funciona con regularidad. El promedio de días lectivos en el año es de aproximadamente 103. La escuela se encuentra cerrada la mayor parte del año. Muchos de los niños en edad escolar no asisten a la escuela por las largas distancias que separan las comunidades, las cuales solo pueden recorrerse por medio de pipantes.

En Krautara, la comunidad dispone de un maestro nombrado quien, después de cinco meses de haber comenzado el año lectivo (1991), aun no se había presentado a la comunidad. Otro aspecto importante es que la escuela de Krausirpe, aunque cuenta con un edificio en regulares condiciones, un solo maestro atiende tres grados y solo un 3% de los niños puede continuar sus estudios hasta sexto grado o educación básica en Wampusirpe (comunidad misquita). La mayoría de los niños, después de haber terminado su tercer año de primaria, aun no saben leer ni escribir y, los que logran aprender, después de algunos años son nuevamente analfabetos por falta de práctica.

La ancianidad entre Tawahkas de ninguna manera implica soledad y desocupación

Las personas de avanzada edad siguen dedicándose a sus labores cotidianas en la medida que sus fuerzas lo permitan. La anciana Tawahka tienen a su cargo la educación de los niños pequeños y ciertas labores domesticas. Como la preparación parcial de alimentos y algunos trabajos artesanales. Los hombres ancianos ocupan en la jerarquía civil y religiosa del grupo un puesto que deben a su experiencia y sabiduría. Son respetados y escuchados. Se disfruta de su compañía y se les pide consejos. Cuando un Tawahka siente que las fuerzas lo abandonan y que resulta una carga para su familia, se deja morir.

Muerte

Cuando un Tawahka muere, el cuerpo es llevado al cementerio con los pies hacia adelante, el zukia o rezador dirige sus oraciones al difunto y antiguamente, el zukia debía capturar el alma del difunto y conducirla hacia su ultima morada; de lo contrario el alma erraba sin destino causando mucho perjuicio a los pobladores. Para lograrlo se ponía a bailar alrededor de un insecto y lo acercaba al muerto, invitando al alma a penetrar en el cuerpo del animal. El zukia colocaba el insecto en un recipiente y lo liberaba luego en la proximidad de la tumba, para que el alma pudiera entonces pasar el animal al cadáver.

La pobreza Tawahka

La extrema pobreza de la comunidad Tawahka se refleja en los niños donde la falta de centros educativos y la asistencia social del estado no llega a estas regiones olvidadas casi por todos los gobernantes. En la región no se hablan dialectos derivados de la lengua Tawahka. En Honduras habitan aproximadamente entre 800 y 1000 individuos. Prácticamente esta desapareciendo. Existen 7 poblaciones Tawahkas que se caracterizan por albergar hasta el 95% de la misma familia. Muestran marcadas tendencias comunitarias, viven en miserables condiciones sociales desprovistos de todos los servicios básicos; se transportan en pipantes (canoas) sus viviendas son rusticas, utilizando bambú levantadas sobre polines, sin divisiones internas.

El Aspecto Socio-Económico

Los tawahkas están estrechamente vinculados a la tierra. La principal actividad económica que realizan es la agricultura de subsistencia. Esta actividad esta orientada al autoconsumo y para realizarla utiliza tecnología tradicional. La dieta es complementada con la caza, la pesca y la recolección de frutos estacionales. Toda la población se dedica al renglón económico de la agricultura, incluyendo las mujeres y los niños. Los tawahkas cultivan plátanos, malanga, guineo (banano), camote, yuca amarga y dulce, caña de azúcar, ayote, frijoles, café. Todos estos productos son cultivados en pequeña escala para el consumo familiar.

Las aldeas tawahkas están rodeadas por cientos de hectáreas de tierra libre en condición de tierra nacional, sin embargo, ellos consideran que su propiedad comunal se extiende a unas 77 hectáreas hacia el noroeste. Esta área esta localizada sobre la intersección de los departamentos de Gracias a Dios, Olancho y Colon. De la totalidad del are explotada para cualquier tipo de actividad de subsistencia, solamente unas 37 Km., o sea el 4.8% del área total, están bajo alguna forma de uso agrícola, incluyendo las parcelas en donde se cultivan granos básicos, tubérculos y frutas, o que están en descanso (guamil).

La mayor parte de las tierras utilizadas por los tawahkas, un 95% del área, sirve para actividades de caza, pesca o extracción de materiales de construcción. Esta zona de subsistencia incluye aproximadamente 77,000 hectáreas, en las dos categorías: agrícola y uso extensivo.

Nunca ha existido un sistema de producción y mercadeo a gran escala. Por ello es que estas comunidades no pueden competir en el mercado productivo. Ecológicamente desempeñan una excelente función dentro de su medio. El “shifting cultivation” es un sistema que han sabido utilizar, lo que los convierte en un pueblo cuidadoso de su medio. Sus técnicas de cultivo, aunque parecen muy primitivas, son capaces de producir la alimentación necesaria para la población, además de un exiguo excedente. Además, tienen la capacidad de aprovechar el ecosistema sin dañarlo.

Recientemente, el demógrafo norteamericano Peter H. Herlihy, colaborador de MOPAWI y del Instituto Hondureño de Antropología e Historia IHAH), realizo la delimitación de la zona que históricamente pertenece a los tawahkas. La finalidad del estudio es garantizar que las tierras les sean devueltas legalmente. En parte de estas tierras, principalmente cerca de las riberas del rio Patuca, los tawahkas tienen sus parcelas agrícolas.

La producción global de granos básicos en el último año (1990), que no se destina al consumo de personas y animales, se calcula en 20 cargas (40 quintales9 de fríjol y 100 quintales de arroz. Los mismos tawahkas hablan de un fuerte decaimiento de la producción. En la mayoría de las comunidades visitadas, los habitantes plantearon el problema de la escasez de semilla, en el sentido de que por la falta de lluvia, en 1990, muchas de las siembras se arruinaron. Este año, son pocos los que van a sembrar, lo que procurar la carestía de productos el próximo año.

El trabajo agrícola lo realizan en los “trabajaderos”, por lo general, a la orilla del rio. Algunas veces frente a las aldeas y otras rio arriba. En algunas ocasiones, los trabajaderos se encuentran a varios kilómetros de distancia de los poblados. Entre otras cosas, las mujeres, al igual que los hombres, trabajan en la siembra, la limpieza y la cosecha de los diversos productos. Parte de la cosecha es vendida, a bajo precio, a los comerciantes misquitos y a los intermediarios ladinos (coyotes) que llegan hasta las comunidades.

La región tawahka no cuenta con vías de comunicación efectivas. El único medio de comunicación es el pipante. No hay pistas de aterrizaje, ni tampoco una radio. Son comunidades aisladas, que solo disponen de tres pipantes con motor, los que no siempre son usados pues, la mayor parte del año, no disponen de combustible. Los tawahkas tienen que viajar hasta Culmi (siete días por rio y a pie) para comercializar sus productos, donde los truecan por sal, zapatos, ropa o los venden para comprar dichos artículos. No existe una forma de comercio justo; los tawahkas no conocen el verdadero precio de los productos.

Las causas que aíslan a los tawahkas del esto del país son: la falta de carreteras u otro medio económico que comunique sus poblaciones con el resto del departamento y del país. La única vía de comunicación es el rio. En toda la región tawahka no hay vías de comunicación terrestre que enlace una comunidad con otra. En época de verano, la comunicación fluvial se interrumpe porque hay partes del rio que no son profundas y obstaculizan la navegación.

En lo que respecta a la tenencia de la tierra, cada persona o familia puede escoger la parcela que desee trabajar sin ser molestado por el vecino pues, según su visión del mundo, se considera que la “tierra es para el que la trabaja”. En todas las formas de trabajo, ya sea productivo o de construcción (viviendas), se da el fenómeno conocido como “mano vuelta”, que consiste en ayudarse mutuamente en la siembra y cosecha de los productos. Asimismo, al nuevo poblador de la aldea que es aceptado por los habitantes, recibe ayuda de estos. En otros tiempos, cuando la escasez era menor, a los nuevos pobladores les regalaban semillas, cepa de plátano, guineos, madera de yuca, etc., para realizar su siembra. Las parcelas sembradas les permite contar con una (en los últimos años reducida) cosecha para su alimentación y el excedente, que ahora es poco, es destinado a la venta o al trueque.

En los años 30, muchos tawahkas realizaban actividades asalariadas en plantaciones de banano, no muy lejos de sus comunidades. Fueron los alemanes quienes tuvieron plantaciones bananeras en las vegas del rio Patuca. La sede de la Compañía, cuyo nombre no se pudo obtener, estaba en Brus-Laguna y el encargado radicaba en Brabilia (Boca de Carrizal). Esto duro hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial. De estas plantaciones de banano solo han quedado algunas matas en el monte, a orillas del rio Patuca.

La caza la realizan a nivel de subsistencia. Numerosas especies de animales salvajes se encuentran en las cercanías de las aldeas, los que son cazados con arco y flecha, arpón, trampas, rejones, rifles y escopetas. También se capturan pavos y loros, los cuales se destinan a la venta, cuando algún visitante los requiere. La pesca la practican en ríos, canales y manantiales aledaños al Patuca. Capturan peces, tortugas, camarones y cangrejos, utilizando anzuelos, arpones y atarrayas hechas de bejucos y hierbas adormecedoras (pate). Esta última práctica ya no se realiza abiertamente porque es prohibida por la ley.

En los meses de verano, diariamente, las mujeres y los niños pescan con anzuelo. Recorren los canales y los ríos en pipante, colocan una vasija conteniendo hierbas o resina encendida en medio de la embarcación o en sus extremos –proa y popa- para ahuyentar a los mosquitos. En cada pipante (generalmente, cada familia posee uno) van dos o tres mujeres, quienes regresan a sus casas a realizar otras labores domesticas, después de pescar lo suficiente para el consumo diario. En otros tiempos, “cuando todo era abundante”, la pesca de tortugas, cangrejos, lagartos, etc., corría a cargo de los hombres, ya que para ello se necesita introducirse en la s pozas y meter las manos o pies en las cuevas y balseras. Es difícil integrar a la gente a un proceso productivo de pesca, pues en los últimos años el rio Patuca, que es la única fuente, ha disminuido su potencial de especies.

Por otra parte, los tawahkas crían cerdos, gallinas, jolotes, patos y ganado vacuno en pequeña escala. Algunos tawahkas (hombres) se dedican al lavado de oro en las quebradas y riachuelos aledaños a la desembocadura de los ríos Wasparasni, Pao, Lagarto y otros. En la región del Patuca, en el departamento de Olancho, funcionan empresas de capital norteamericano, por lo general no identificadas. Estas empresas se dedican a la explotación aurífera; labor en la que ocupan unos 15 trabajadores permanentes, incluyendo motoristas, operarios de bombas seccionadoras de arena, con las que se explora el fondo del rio. Los misquitos y tawahkas que trabajan con estas empresas reciben un salario diario de 8 lempiras. El horario es de las 7 a.m. a los 12 meridianos y de las 2 a las 5 de la tarde

El trabajo consiste en destapar el succionado cuando se obstruye, para lo cual los buceadores, desprovistos de tanques de oxigeno, se sumergen hasta una profundidad de doce metros. En algunos lugares, el oro se encuentra fácilmente y en cantidades considerables. Según un joven tawahka durante quince días de lavado saco más de dos onzas, en uno de los caños ubicados rio arriba. Por su parte, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica ha realizado mediciones del potencial hidroeléctrico del rio Patuca, mediante aparatos especiales instalados en las cercanías de la aldea de Kurpa. La extracción del látex se efectúa durante seis meses (de junio a diciembre), los tawahkas y algunos misquitos se dedican a picar chicle (extraer el látex) en las selvas cercanas a las márgenes del Patuca y montañas de Olancho. En la actualidad, esta actividad no es rentable, pues no hay compradores.

Alimentación

La dieta alimenticia de los Tawahkas esta constituida por arroz, guineos, plátanos y yuca; en algunos casos, carne de pescado, tortugas, huevos de gallina, cangrejos, animales de monte (venado, jagüilla, quequeos y danto o tapir) y, en menor proporción, carne de cerno y carne de res.

La influencia misquita en la alimentación se manifiesta con el guabul, bebida preparada con plátano, chato o guineo maduro o verde cocido, que luego machacan en calderos de hierro; luego, a la masa le agregan leche de coco, de vaca o agua y azúcar, según las posibilidades familiares. Esta bebida la consumen durante los tres tiempos de comida. También hacen guabul de una fruta llamada mazapán y de pejivalle. También consumen pejivalle o sopa cocida y preparan bunya, que es un plato hecho con yuca cocida, machacada, que dejan fermentar por espacio de varios días, luego se envuelve en hojas de plátano o bijao para su conservación. El sasal lo preparan con yuca rayada, que envuelven en hojas de bijao o platino para conservarla; de esta masa preparan tortillas, según se presenta la necesidad. La chicha es otra bebida típica muy consumida por los Tawahkas; para su elaboración utilizan diversos productos.

El Aspecto Organizativo

Los tawahkas no tienen una organización política centralizada como grupo. En 1987 se constituyo la Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH), con apoyo de CAHDEA y de MOPAWI. En la actualidad, la FITH es el único organismo existente en la comunidad que persigue agrupar, representar y defender los intereses de este pueblo indígena. A pesar que, desde 1987 recibieron ayuda organizativa y financiera por parte de CAHDEA, MOPAWI y, recientemente, de organismos como la CCD, aun no logran superar sus limitaciones: aislamiento, la incapacidad de los dirigentes de salir adelante con sus proyectos, la falta de personal capacitado dentro de sus miembros, etc. Estas circunstancias imposibilitan formular, planificar y presentar proyectos e informes a los organismos nacionales e internacionales de desarrollo. Los propios indígenas conocen las deficiencias de su organización: “Una de las prioridades principales que muchos de nosotros vemos de mucha importancia, es la capacitación de nuestros representantes.

Muchos rasgos originales de la cultura tawahka ya no existen y su legado material y espiritual del pasado, que expresa el desarrollo social alcanzado, ya no existe integro (si se toma en consideración a los tawahkas en su totalidad: los de Honduras y de Nicaragua). En el caso de Honduras, el inventario de rasgos culturales originales resulta exiguo y, por tanto, poco definidor en su identidad.

Estratificación Social y Tenencia de la Tierra

Puede afirmarse que, en términos generales, entre los tawahkas no existe una estratificación y diferenciación social. Ellos conservan inalterables los sentimientos solidarios e igualitarios. Quizá la influencia externa a la que han sido sometidos revele alguna diferenciación social, pero en la practica son bastante solidarios. Entre los tawahkas los lazos familiares son muy extensos. En Krautara, por ejemplo, un 90% de la comunidad esta emparentada. Conservan inalterables las formas tradicionales del matrimonio. Los padres determinan el futuro de sus hijos, mediante el acuerdo verbal entre los padres cuando los hijos están aun en la niñez o en la adolescencia. En tal sentido, entre las familias ocurre un acercamiento natural y una serie de condiciones que posibilitan la prematura aspiración familiar. Llegado el momento de la unión conyugal, se efectúan los preparativos, desarrollándose una simple ceremonia de entrega, acompañada de consumo de chicha y de una comida tradicional, conocida entre ellos como “comilona”.

Sin embargo, en casos excepcionales, se practica el matrimonio civil, el que acostumbran muy poco, quizá por las dificultades que el mismo implica: oneroso traslado a la cabecera municipal de Brus Laguna, de 8 a 10 días en pipante por el rio, más las inclemencias de la naturaleza. En fin, ellos prefieren sus hábitos tradicionales de desposamiento. El recurso más importante para la supervivencia de los tawahkas es la tierra donde viven y el bosque que la puebla. El territorio tawahka fue declarado como reserva ecológica (Biosfera de Rio Plátano) y los indígenas han sabido convivir con su medio.

El problema que se presenta es el de la migración campesina hacia esa zona, ya que estos grupos mantienen costumbres incompatibles con la naturaleza de la zona, las que acarrearan consecuencias desastrosas para el medio ambiente. Cientos de hectáreas de tierras, a uno y otro lado del rio, se encuentran libres en calidad de tierra nacional, pero los tawahkas consideran que su propiedad comunal se extiende unas 14 caballerías hacia el norte y, tradicionalmente, han tenido la libertad de escoger la parcela de tierra que desean cultivar, sin ningún obstáculo”.

Por otra parte, quiérase o no, por la influencia foránea, a la que no han podido oponer resistencia, poco a poco, las comunidades experimentan una transformación hacia una economía campesina. En otras palabras, están pasando de una economía autárquica y comunal a una economía de carácter individual, cuya unidad productiva la constituye la familia nuclear. Este es un proceso largo, no se ha dado de golpe.

En términos jurídicos, el tipo de tenencia no esta del todo definido; pero en términos geográficos ya se ha logrado una demarcación. La región se caracteriza por carecer de ceros limítrofes. Algunos campesinos ladinos han cercado tierras que, según ellos, “les pertenecen”, lo que ha valido para que el INA asuma el problema con preocupación.

Orientación Productiva

El cacao, la madera y la extracción de oro son sus fuentes principales de ingresos. Para algunos, el ingreso anual es de 600 lempiras, si se dedican a vender madera y cacao. Por otra parte, cuando se necesita del azúcar y la manteca, se recurre al trueque por productos como madera, cacao e, incluso, pájaros (loras y pericos). Algunos indígenas se quejaban del escaso rendimiento (en los últimos años) de la producción de cacao y maíz por la falta de fertilizantes, las plagas y los fenómenos naturales.

El uso de la tierra varía según las necesidades. Acostumbran sembrar granos básicos: arroz, frijoles, leguminosas, tubérculos, etc. El área de cultivo es variable y depende de sus necesidades y de su voluntad de trabajar. Además, depende del número de miembros de una familia. El volumen de producción es bajo; generalmente, solo producen para el consumo y, si hay un excedente, se vende a comerciantes intermediarios. Según conocedores, las tierras en que se localiza este grupo son de vocación agrícola y forestal; debida a la alta pluviosidad, su rendimiento es óptimo y se podrían lograr tres cosechas por año. El pequeño productor tawahka, es aquel que produce un excedente de producción comercializable de café, maíz, frijoles o arroz, pero nunca maneja grandes cantidades y su vinculación con las empresas agro exportadoras no es directa, ya que no tiene capacidad para transportar sus productos.

El tawahka solo trabaja o cultiva para su subsistencia y, por su poca capacidad productiva, se ve obligado a jornalear para el ladino, para el terrateniente ladino y para el indio (por lo general, misquitos) pequeño productor; gana salarios irrisorios y su trabajo e eventual.

Otros Datos De Los Tawahkas

Los Tawahkas son la etnia mas pequeña de Centroamérica con apenas 805 personas, viven en condiciones de extrema pobreza, conviven en un entorno ecológico de bosque tropical húmedo que es el de mayor biodiversidad de la región y se encuentran amenazadas como etnia por el avance de los ladinos a través de distintas fuentes de colonización y por las relaciones Inter. Étnicas desiguales con los misquitos, que son el grupo dominante en la zona. Después de haber sido en tiempos pasados el grupo indígena más numerosos y extendido de la zona, el pueblo Tawahka se ha visto redujo en pequeños poblados. No obstante, conservan su lengua, su cultura y una posición estratégica en uno de los bosques tropicales más importantes de Centroamérica.

La reserva de la biosfera Tawahka Asangri comprenderá 233000 hectáreas de bosque tropical en el centro del cual se encuentran las comunidades Tawahkas, que recibirán de parte del estado la responsabilidad de su cuidado y manejo. El proyecto de decreto para la creación de esta reserva se encuentra para su aprobación en el Congreso Nacional de Honduras. En la actualidad, lo que se haya en juego por tanto, es la supervivencia de los Tawahkas como pueblo, de su lengua, de sus modelos de vida, de su saber tradicional, de sus cosmovisiones y del entorno ecológico en el que han convivido históricamente.

Poblados Tawahkas

En la parte de Honduras, existen de 800 a 1000 Tawahkas, aunque es imposible precisar un numero exactos pues desde 1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades indígenas del país. Los datos que presentamos son aproximados. En total estimamos que su numero (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000 aproximadamente. Sin embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo en Honduras son: Krausirpe, Krautora, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasni y Santa Martha, albergan 704 personas, distribuidas de la siguiente manera.


Referencias:

  • https://redhonduras.com/cultura/etnia-tawahka-honduras/
  • https://www.clubensayos.com/Historia/Historia-de-Honduras-Los-Tawahkas-de-Honduras/4944642.html
  • https://etniasdelmundo.com/c-honduras/tawahkas/#Ubicacion

domingo, 25 de octubre de 2020

Tolupanes

 
Son un grupo indígena muy anterior a la civilización maya que supo, en medio de las trasformaciones culturales del entorno, mantener cierta identidad hasta épocas recientes.

Su nombre auténtico es tolupán; el término de xicaque fue utilizado por los colonizadores para referirse a los indígenas “incivilizados”, que no han sido cristianizados y a diferentes grupos rebeldes de Taguzgalpa.

Se les conoce también como xicaques, jicaques o torrupanes. Históricamente la palabra jicaque, son sus diferentes formas de escritura,

De acuerdo a los cronistas de finales del siglo XVII, se oyó decir que los indígenas de Honduras se llamaban vulgarmente “Xicaques”. No obstante, en su lista 29, grupos aborígenes de la provincia, también se incluye el término “taupanes”, el cual parece similar a “torrupan”, que se acepta hoy en día.

Los Tolupanes viven en los municipios de Yorito, El Negrito, Morazán, Victoria y Olanchito; en el departamento de Yoro y en los municipios de Orica y Marale, en el departamento de Francisco Morazán.

Rasgos históricos

Durante la época prehispánica, constituían un grupo cazador-recolector que se dispersaba por una amplia región y que su replegamiento hacia zonas más abruptas se debe a la captura y explotación de que fueron objeto por parte de los conquistadores.

Los Tolupanes se parecían a los sumos, los payas y los misquitos, aunque diferían de ellos lingüísticamente.

La persecución que desataron los conquistadores contra ellos durante la colonización, los obligó a refugiarse en las selvas y montañas de la región centro-norte del país, manteniéndose dispersos y alejados de la sociedad, lo que los hizo convertirse en casi nómadas y no lograran desarrollar una arquitectura propia.

El Pueblo Tolupán durante la Conquista

En tiempos de la Conquista, al igual que pasó con el resto de los grupos indígenas de Honduras el Pueblo Tolupan comandados por el Cacique Cicumba luchó por su libertad contra los Conquistadores Españoles que dirigía Pedro de Alvarado en 1536. Pero su resistencia no sirvió de mucho ya que fueron derrotados y capturados junto al Cacique Cicumba y los dejaron morir de hambre.

En 1609 por los efectos del cambio de su hábitat y el esclavismo que trajo consigo la colonización Los Tolupanes abandonaron sus territorios y se ubicaron en las zonas que actualmente ocupan. Durante este período de colonización murieron muchos indígenas debido al trabajo forzado, al comercio de esclavos y a las enfermedades desconocidas.

De 1862 a 1864 el Sacerdote Misionero de origen Español, Manuel de Jesús Subirana nombrado “Pacificador de las tribus salvajes de los departamentos de Olancho y Yoro” al ver el sufrimiento de los indígenas y temiendo su exterminio gestionó ante las autoridades pertinentes que se les entregara los títulos de propiedad de la tierra que ocupaban los indigenas Pech y Tolupan. Estas tierras que en ese entonces fueron adjudicadas a los indígenas del departamento de Yoro, actualmente estan en disputa ya que la mayoría esta en posesión de cafetaleros, madereros, ganaderos y terratenientes no de los indígenas.

Población actual

La población Tolupán actualmente es de aproximadamente 20 mil individuos. Están constituidos en 28 tribus distribuidas en seis municipios del departamento de Yoro, más dos tribus emigradas en el siglo pasado a la montaña de La Flor, municipio de Orica, Francisco Morazán.

Se dice que el grupo Tolupán que se dirigió a la Montaña de La Flor, a mediados del siglo pasado, estaba conformado por tres parejas de casados, además de un soltero joven. Poco tiempo después de llegar a la montaña cambiaron sus nombres para despistar a sus perseguidores; dos familias se buquí, que atraviesa la región, y adoptaron el apellido Martínez; la otra familia se estableció al resto del río y tomó el apellido Soto.

Actualmente la población del este, denominada San Juan, está regida por el cacique Cipriano Martínez, quien mantiene una actitud abierta con el mundo exterior.

El sector oeste se ubica en la parte más alta de la montaña; allá donde los tolupanes viven en condiciones más primitivas, un buen número de ellos usan como vestimenta el balandrán, cazan aún con instrumentos de antaño, caminan descalzos, entienden poco español y rechazan totalmente el contacto con los extraños.

Muerte del Cacique Tolupán Julio Soto

Julio Soto, el Cacique Mayor de La Tribu La Ceiba de La Montaña de la Flor, Francisco Morazán y miembro de la Asociación de Comunidades Indigenas Tolupanes de La Montaña de la Flor (Acitmfm) murio el dia 21 de marzo del 2011 en el hospital Escuela de la ciudad de Tegucigalpa, capital de Honduras a la edad de 90 años.

El Cacique Tolupán fue internado en el hospital Escuela el 18 de marzo, afectado por una tuberculosis, sin embargo a pesar de recibir el tratamiento adecuado no pudo recuperarse y falleció 3 días después de haber ingresado.

Con la muerte del Cacique Mayor Tolupan Julio Soto, también muere gran parte de nuestra historia y deja un inmenso vacio en su comunidad puesto que era un hombre fuerte que luchaba por su pueblo y era el fiel reflejo del arraigo cultural que por años trató de conservar y transmitir.

Otro Cacique Tolupán de gran importancia es Cipriano Martinez, Cacique Mayor de la Tribu de San Juan en la Montaña de la Flor, Municipio de Orica, departamento de Francisco Morazán.

A sus 113 años de edad, El Cacique Cipriano Martinez dirigió con fuerza y liderazgo a su tribu y siguió luchando para lograr mejores condiciones de vida para todas las comunidades ya que la gran mayoría viven sumidos en la miseria y olvidados por los gobiernos. Por tal razón este longevo Cacique fue considerado la “Leyenda viviente” del Pueblo Tolupán. Hasta que falleció en el año 2015 en el Hospital Escuela de Tegucigalpa el 27 de junio a causa de tuberculosis a sus 115 años de edad.


Situación Económica

Su economía se basa ahora en productos de auto subsistencia: maíz y frijol. Antiguamente parece que casi no utilizaban el maíz, más de las culturas mayas y lencas. Pero sí mucho las raíces como yuca, camote, malanga y otras. Con la desaparición de los bosques estos productos han ido disminuyendo mucho. Al ser tierras altas (1000 a 1500 m.), el café se produce bien. Desde principios del siglo se fue introduciendo, creando nuevas oportunidades para ellos, pero también revalorizando las tierras y haciéndolas más deseables a gente de fuera... y trayendo consigo más despojos. Café y frijoles son los pocos productos que venden afuera.

La venta de productos se ve muy influida negativamente por las dificultades para la conservación y transporte. Sus casas son tan pequeñas y rudimentarias que es muy difícil conservar algo en ellas. No hay tradición de ello. Además la economía tan precaria que tienen les obliga a vender lo poco que producen antes de cosecharlo o al momento de hacerlo, sin conservar ni siquiera lo necesario para subsistir hasta la próxima cosecha. Esa hace que temporadas de hambre y gran escasez no son raras entre ellos. El trabajo para los cafetaleros produce algunos ingresos, pero también crea una dependencia a veces muy fuerte que puede generar más pobreza y miseria.

Es tradicional entre los xicaques la cría de jolotes, más que la de gallinas, el jolote es bastante costoso de mantener y aunque suelen tener un precio alto en los mercados, las dificultades de comunicaciones y las poco desarrolladas cualidades comerciales de los indígenas, hacen poco rentable su cría.

Un producto que produce algunos ingresos en el mimbre. Se produce en las zonas de bosque húmedo de altura, en tierras de algunas tribus. La mayor parte lo comparan en bruto comerciantes de fuera, para exportarlo. Hay tradición de hacer canastos y objetos de mimbre y de carrizo, pero está muy poco desarrollada esta artesanía.

Cada día es una oportunidad para los tolupanes; subsisten con lo poco que tienen: las escasas cosechas, los butucos y la malanga alimentan a los 1,200 tolupanes que conforman la etnia. Los hombres buscan también en la cacería y la pesca una forma de llevar el alimento a las familias que viven en las aldeas y los caseríos. Las mujeres apoyan elaborando las canastas de carrizo o uyaste, como las llaman.

Los indígenas tardan un día en elaborar una canasta que venden en 20 lempiras en las comunidades de El Ocote y Guatemalita, adonde llegan cada semana para venderlas y conseguir unos centavos que les permitan comprar alimento.

“Hacemos una canasta en un día. Se ganan 20 lempiras por cada una. Nos cuesta hacerlas y venderlas, pero esto nos sirve para comprar azúcar. Como usted mira ahora, los fogones están apagados porque no hay qué comer y cuando hay él con qué, logramos hacer dos tiempos, pero ahora ni tortillas tenemos”, dijo Lucrecia Pérez.

Una riqueza natural importante de las tribus es la madera. En la mayoría el pino, pero en algunas partes también el cedro, el laurel, el nogal, el san Juan y otros. En varias funcionan aserraderos que sacan la madera en cantidades grandes, pero que muy pocos beneficios dejan a los indígenas. Aunque existen reglamentos y ordenanzas, la corrupción y la mala administración casi impiden que las tribus se beneficien algo de esa riqueza. Además los frecuentes incendios agravan el problema. Por parte del gobierno no ha habido intentos de racionalizar y ordenar la utilización de los bosques, pero casi todo ha quedado ahogado en la burocracia y la lucha de intereses inmediatos

Ubicación

Se les conoce como XICAQUES pero su nombre auténtico es TOLUPAN; el término de Xicaques fue utilizado por los colonizadores para referirse a los diferentes grupos rebeldes de Taguzgalpa. Los xicaques de la Montaña de la Flor se autodenominan Tolupanes, empero los que habitan en Yoro se han acostumbrado a la denominación de Xicaques. Hacia fines de la época prehispánica se extendieron por la costa atlántica, la Bahía de Honduras, desde el Río Ulúa a Puerto Castilla, cerca de la actual Ciudad de Trujillo y tierras adentro hasta el Río Sulaco, pero en el año de 1,609 los Tolupanes se ubicaron como grupo étnico en el área de los Ríos Guayape y Guayambre, en el Departamento de Olancho.

Es importante señalar que éste proceso de reasentamiento étnico, murieron grandes cantidades de indígenas debido al trabajo forzado y a las enfermedades foráneas. Fue el misionero español Manuel de Jesús Subirana quien en 1,864 al observar el exterminio de los indígenas, gestionó ante las autoridades los títulos de propiedad para éstas poblaciones. Vale mencionar que dichas tierras tituladas a favor de los indígenas, hoy día son motivo de disputa por encontrarse, la gran mayoría ocupadas por cafetaleros y ganaderos ladinos en el departamento de Yoro.

Los primeros asentamientos

Los franciscanos que intentaron evangelizar a los xicaques parece que no tuvieron mucho éxito. La dispersión y el modo de vida semi – nómada y su espíritu indomable e independiente los hacía difícilmente accesibles. El centro de Luquigüe con su grande y hermosa iglesia colonial es signo de los grandes esfuerzos realizados por los misioneros y también del poco fruto conseguido. La supresión de los subsidios que venían de España al producirse la independencia, obligó a abandonar Luquigüe después de más de 100 años de trabajo misional.

En 1858 el P. Manuel de Jesús Subirana reasumió la evangelización de los xicaques, aprendiendo la lengua tol y viviendo entre ellos. Su método de anunciar la Fe Cristiana con mucho amor, paciencia y espíritu de servicio y sin afán de dominar parece que fue convenciendo a los indígenas que se fueron bautizando en gran número.

Según sus informes llegó a bautizar unos 9,000 xicaques, es decir casi la totalidad de los que vivían en esa época.

El "Santo Misionero en sus 9 años de trabajo apostólico en Yoro, consiguió armonizar eficazmente los diversos aspectos de la Evangelización.

El anuncio del Evangelio, la catequesis y la administración de los Sacramento con amor, paciencia, generosidad y servicialidad.

La defensa del ambiente vital de los Xicaques, consiguiendo del gobierno el reconocimiento de sus territorios y los títulos legales de propiedad, organizando las tribus.

La defensa de su vida y sus derechos, por medio de un reglamento que los protegiera en sus relaciones contra los abusos de los ladinos. Estableció además unos dos protectores de indios" que velaran por evitar y corregir abusos.

También integró el aspecto educativo y cultural, estableciendo, junto a las ermitas o capillas de las tribus, escuelas para alfabetizar y enseñar lo básico a los indígenas.

Todo ello despertó nuevas esperanzas y nueva vida en el pueblo xicaque, que hasta hoy reconoce agradecido esa labor.

Pero el morir el 27 de noviembre de 1864, no hubo otro misionero que continuara su labor y los que debían ser "protectores de indios", en parte se hicieron lo contrario: algunos los empezaron a utilizar como mozos baratos en la explotación de la zarzaparrilla de los bosques. En 1868 el gobernador de Yoro reclutaba militarmente a los indios para que le sirvieran en su negocio de exportación de zarzaparrilla, obteniendo con ello buenos beneficios, pero explotando bárbaramente a los indios. En ese año algunos miembros de las tribus de Santa Marta se revelaron contra los soldados del gobernador que les obligaban a trabajar y parece ser que mataron a alguno. Entonces el gobernador envió más soldados a castigarlos y un grupo de 7 adultos huyó hacia la Montaña de la Flor, donde los soldados no los pudieron hallar. Allí fundaron una colonia que se ha mantenido muy aislada y ha conservado su lengua, su cultura y sus tradiciones hasta la actualidad. Ahora unas 300 personas organizadas en dos tribus, viven en esa zona montañosa, repartidos por varios

Tradiciones y costumbres

Según la antropóloga Anne Chapman, viven en asentamientos semi- premanentes, en casas multifamiliares, practican la agricultura rudimentaria, caza (con arco) y pesca. Practican la cestería, poca alfarería y calabazas.

En la actualidad la vestimenta se ha ladinizado. Tienen una sociedad igualitaria gobernada por caciques (ahora regida por asamblea de ancianos y shamanes).

En los grupos tolupanes más tradicionales de la Montaña de La Flor, se pueden dividir cuatro elementos característicos: términos de parentesco, técnicas adivinatorias, organización dual, mitos y leyendas.

Los indígenas de Yoro conservan escasos elementos tradicionales, como cierta supervivencia del idioma, elaboración de algunos objetos artesanales (sobre todo canastas, en menor medida matates, en algunos casos las pipas, escobas y sartenes que tienen, probablemente, origen indígena).

Los tolupanes de la Montaña de La Flor, tienen la costumbre de velar a sus muertos en la cocina. Durante el tiempo de velatorio, 24 horas, comen su comida diaria y beben café. No utilizan cajas, sino que el cadáver es envuelto en las sábanas que ocupaba para dormir y es enterrado con sus pocas pertenencias. Durante la velación nadie hace comentario alguno, no lloran a sus muertos, sino que reflexionan sobre lo que fue el difunto en vida.

Vestimenta Tolupanes

Las mujeres cosen sus vestidos con telas comprados y los hombres llamados Balandranes, con Dril; Toda esta cultura es practicada más específicamente por las tribus de las montañas de flores y que difieren de las otras tribus del departamento de Yoro.

La ropa que se usa actualmente, obtenida comerciando solo con Ladino y Mountain Flower, son tolupanes que todavía usan su vestimenta tradicional llamada “Balandrán”. A pesar de sufrir un cambio significativo de muchos factores culturales y sociales, Tolupanes es consciente de su pasado y se integra gradualmente en el proceso de desarrollo.

Religión

Los Tolupanes no son extremadamente religiosos, tal vez por haber olvidado por falta de práctica o simplemente como una reacción a sus sumisiones situación para los 500 años, más los españoles no dan mucha importancia a la evangelización de esos “indios bravos”. Actualmente, prácticamente olvidaron su religión ancestral.

Con la excepción de los tolupanes de la montaña de La Flor, donde muchas de las creencias ancestrales todavía persisten y desempeñan un papel importante en su visión del mundo.

Referencias:

  • https://etniasdelmundo.com/c-honduras/tolupanes/#Vestimenta_Tolupanes
  • https://tolupanesytawakasenhonduras.blogspot.com/
  • http://www.xplorhonduras.com/grupo-indigena-tolupan-de-honduras/#:~:text=Las%20actividades%20econ%C3%B3micas%20de%20los%20Tolupanes%20estan%20basadas,en%20el%20uso%20del%20arco%20y%20la%20flecha.
  • https://redhonduras.com/cultura/etnia-tolupan-honduras/

sábado, 24 de octubre de 2020

Miskitos

La población misquita es descendiente de las tribus Chibchas, quienes vivieron en los bosques bajos del norte de América del Sur antes de la llegada de los europeos.

El nombre misquito, posiblemente provenga o este relacionado al “mosquete» que era el fusil introducido por los Ingleses y que se negociaba en aquella costa.

El origen de los misquitos como grupo étnico, no está claro. Los misquitos mismos y muchos estudiosos consideran que ellos siempre han sido misquitos. Algunos autores coinciden en que el pueblo misquito surgió en el siglo XVII, de una mezcla social y biológica de bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.

Según estudios antropológicos, biológicamente los misquitus parecen ser un grupo mestizo que se desarrolla después del contacto como producto de la mezcla de la población indígena con negro y pirata y desde el punto de vista cultural parece que los misquitus fueran originalmente un grupo pequeño que vivía cerca del Cabo de Gracias, fueron miembros el grupo lingüístico bawinka.

Se cree que el nombre misquitu se deriva de la palabra miskut-upla (jefe tribunal de la población tawiras) y que en forma sintetizada se lee miskitu que significa la gente de miskut.

Durante los Siglos XVII y XVIII y mediados del XIX los ingleses explotaron la región de la Mosquitia, ejerciendo su autoridad a través de los reyes Moscos en el territorio comprendido entre el Río Tinto o Negro y el Río San Juan (Nicaragua). El interés de dominio no sólo era económico, sino también geoestratégico contra Estados Unidos.

En tiempos de la colonia, los ingleses les ofrecieron apoyo político-militar y en ciertas manufacturas a cambio de la esclavización de otros grupos indígenas y de productos como pieles, concha de tortuga, alimentos etc..

Esta colaboración entre misquitus e ingleses posibilitó la expansión de este grupo étnico, que se extendió desde la laguna de Chiriquí en Panamá hasta la frontera Hondureña, Guatemalteca, el proceso histórico de conformación de este pueblo se vio completado en la segunda mitad del Siglo XIX, con el contacto de los misquitus con las iglesias Morava y Católica, que intervinieron directamente en la constitución de la ideología y religiosidad de los misquitus hasta nuestros días.

 Ubicación

Los miskitus se distribuyen en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), a lo largo del Río Coco o Wanki, en los Municipios de Waspam, Puerto Cabezas, Prinzapolka, Rosita y Bonanza. Representan la mayoría de la población de los centros urbanos de Bilwi y Waspam, y casi un 50% en Corn Island.

En la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS), habitan en el Municipio Desembocadura del Río Grande, y Laguna de Perlas . Forman parte de las comunidades multiétnicas de Karawala, junto a los Sumus, y de las comunidades Sandy Bay SIPRI]], Kara, Palpa, y la Barra.

También hay comunidades Miskitu en el Norte-Centro del país, en el Departamento de Jinotega, donde los territorios Miskitus forman parte de la Reserva de Biósfera de Bosawás.

Según la tradición oral de los miskitos, hace mucho años su pueblo, dirigido por el líder guerrero Miskut, emigró desde el norte de Sudamérica, recorrió la costa del Caribe y se estableció en el continente, en un lugar donde confluían un río, una laguna y el mar. Llamaron a este sitio Sitawala (río de ostiones). El río más tarde se llamaría Wangki (río Coco), y la laguna, Kip Almuk (Cabo Viejo).

Origen de los miskitu

No se sabe a ciencia cierta el origen de los miskitos como grupo étnico. Aunque existen varias teorías al respecto, éstas son difíciles de comprobar pues sólamente forman parte de su historia y tradición oral, lo que los ha mantenido un tanto aislados de la historia de Honduras.

El pueblo miskito arribó a la zona que ocupan en la actualidad en una época no precisada aún. Las referencias mitológicas coinciden en señalar que ellos llegaron a la costa del caribe de Honduras y Nicaragua desplazados desde más al norte por otros pueblos. Específicamente se hace relación a la actuación de grupos nahuas que a la caída de Teotihuacan presionaron sobre tierras y pueblos de Centroamérica, alrededor del 1000 n. e. (año mil de nuestra era). Desde la memoria de los pueblos sumos o mayangna, habitantes originarios del territorio del sur de Honduras y centro norte de Nicaragua, también se refiere a la guerra con los miskitos, que les desplazaron, a la vez, de la zona costera.

Lo anterior supone que las migraciones mesoamericanas provocadas por la crisis de los imperios preaztecas del centro y sur de México, alrededor del 600 al 800 n. e. presionaron a los pueblos misumalpa (miskitos, sumos, matagalpas) asentados en la baja Centroamérica desde mucho tiempo atrás. La llegada a la costa nicaragüense del océano Pacífico de los pueblos mesoamericanos se inicia con la llegada de los chorotegas, fue seguida de otras migraciones en el 1200 n. e. ejecutadas por los maribios y nicaraos, provenientes también del sur de México, hechos históricos comprobados que nos ayudan a entender y ubicar cronológicamente la llegada de los miskitos por la zona del mar Caribe, producto del mismo fenómeno de expansión mesoamericano, pero en su dimensión caribeña.

Jairo Word (profesor e historiador del Instituto Renacimiento de Brus Laguna) asegura que antes de la llegada de los conquistadores españoles y europeos (en el siglo XVI) en el territorio de La Mosquitia ya existían grupos indígenas con lenguajes, costumbres y creencias propias.

Una hipótesis afirma que los miskitos surgieron en el siglo XVII, producto de la mezcla biológica de los bawinkas, tawahkas (sumos), africanos y europeos.

La investigadora Linda Newson asegura que no existen muchas referencias que revelen el verdadero origen de los miskitos, esto hace suponer que surgieron a principios del período colonial y que emergieron durante el siglo XVII. Según Newson, la referencia más temprana que se hace de los miskitos fue realizada por el bucanero Exquemelin, quién en 1672 aseguró ver a un grupo de 1600 a 1700 habitantes que formaban una pequeña nación. En 1681, según las observaciones de Dampier, estima que «los indigenas eran una pequeña nación de poco más de 100 hombres, los cuales habitaban tierra firme en el extremo norte del Cabo de Gracias a Dios».

Estas teorías son difíciles de comprobar, sin embargo, lo que sí es muy probable es que los miskitos sean un grupo histórico que se originó cuando los indigenas sumos que habitaban la región se mezclaron con los esclavos africanos que naufragaron en las cercanias del cayo Miskito en 1641. En 1641, cientos de esclavos africanos que eran trasladados en un barco portugués, lograron escapar de sus captores, y fueron recibidos e integrados por los miskitos.

Durante la época colonial los miskitos derrotaron los intentos españoles por conquistarlos, y al contrario establecieron una alianza con los ingleses. Resultado de la misma fue la configuración del Reino de la Mosquitia, a partir de 1660 aproximadamente.

En 1839, Inglaterra elevó la Mosquitia al rango de un tardío protectorado que funcionó hasta 1860.

El Estado de Nicaragua y el de Honduras, debieron negociar con Inglaterra la incorporación del territorio de la Mosquitia a sus respectivas soberanías nacionales, con sendos Tratados, de 1859 y 1860, más tarde, para el caso de Nicaragua, por medio del Tratado con Nicaragua de 1905. De esta matriz se alimenta legal e institucionalmente el régimen de autonomía reconocido oficialmente a partir de 1987 en la legislación nicaragüense, para los pueblos indígenas y comunidades étnicas de la costa atlántica.

Idioma miskitu

El miskitu es una lengua indígena perteneciente a la familia lingüistica misumalpa, hablada en Honduras, la costa este de Nicaragua y zonas aledañas. El miskitu es una lengua morfológica y sintáticamente muy parecida a la lengua tawahka, pero ámbas poseen diferencias marcadas; el idioma miskitu moderno o criollo que hablan actualmente los miskitos de Honduras posee una gran cantidad de extranjerismos provenientes del idioma inglés, español y africano.

Aspecto religioso-cultural del pueblo miskitu

Son numerosos los mitos y leyendas miskitas que expresan su cultura del agua. La idea de un diluvio que arrasó la vida aparece en sus mitos, lo mismo en la recreación de la vida, el agua es un espacio primordial, tanto en su expresión de agua dulce, corriente (awala), como de agua de lluvia (pura laya) o bien como el rocío ―llamado por ellos, de manera poética, ‘agua del viento’ (diwas laya)― o como agua de mar. Transcribimos dos de estas narrativas mitológicas miskitas que exponen parte de su cultura del agua.

Desde sus grandes mitos de origen como desde sus actividades de subsistencia hasta su sentido del bienestar, del placer, del ocio, del amor, el pueblo miskito traza su relación con la vida en forma inseparable del agua. Por lo mismo, ésta debe ser mesurada, sopesada, de lo contrario provoca a su espíritu guardián, denominado Liwa, quien puede atrapar a las personas o hacer daño a la comunidad. El agua tiene en la cultura miskita una connotación de espacio sagrado. En su cosmogonía existe un personaje central que es la Madre Escorpión o Yapti Misrika, ella vive en un país que es el destino del «isigni» (o espíritu de los muertos), al cual se llega solamente después de navegar por un río lleno de difíciles pruebas, las que son superables únicamente por la acción colectiva de la comunidad y el apoyo del sukia o chaman, ejercidas en forma colectiva en el Sihkru o ritual de la muerte. Más la cultura miskita tradicional es muy rica en música, es también una cultura lírica, donde encontramos la presencia del agua y del amor.

Antes de la invasión religiosa europea ―especialmente de los religiosos moravos a la región de la Mosquitia hondureña, en los años 1930―, los miskitos eran politeístas. Creían en la existencia de muchos dioses y espíritus encarnados en los elementos y astros de la tierra:

      • Prahaku: dios del viento
      • Kumadora: diosa del arcoiris
      • Wandisi: nuestro padre
      • Kati: diosa de la Luna
      • Li Dawanka: dios de la lluvia
      • Yulapta: dios del Sol
      • Alwalani: dios del trueno

El aspecto religioso estaba representado por un «zukía» (o brujo). quien era el guía espiritual y curandero del pueblo. Algunos zukías eran curanderos, otros denominados “yumuka uplika” eran especialistas en la liberación de espíritus de los animales, mientras que los “upla aikra” se especializaban en magia negra. Los miskitos aún hoy creen que los upla aikra podían matar a una persona con sus artes, pero esta magia solo podía hacer daño a una persona desarmada y en una vivienda solitaria y sin protección: la magia era completamente inútil contra personas armadas o bien defendidas por el resto de los miembros de la comunidad.

Los zukías siempre eran consultados en cualquier toma de desición importante y también eran las personas encargadas de mantener el equilibrio perfecto entre el pueblo y la naturaleza.

En la actualidad, el pueblo miskitu a transformado gran parte de sus creencias religiosas. algunos profesan la religión católica, otros la evangélica y la mayoría aún profesa la antigua religión morava que llegó a Honduras en la década de 1930, procedente de Europa.

La mujer, dentro de la sociedad tradicional misquita desempeña un rol muy importante. Viven en residencias matriarcales y los recien casados viven cerca de la familia de la esposa para ir formando clanes.

Desde que nacen, las mujeres misquitas tienen derecho a las parcelas de tierra agrícolas, solamente ellas a través de la línea femenina las heredarán cuando mueran sus padres. Dentro del círculo familiar miskitu la abuela representa la máxima autoridad.

Los ancianos miskitos aún conservan su creencia en dioses y espíritus.

Todavía visitan a los zukías (o brujos) que hacen todo tipo de trabajos o brujerías y son los intermediaros entre los hombres y los espíritus.

Cantos y danzas de los miskitos

Actualmente, los miskitos de Honduras mantienen vivas su historia y costumbres, aunque ya no usan sus trajes típicos todavía guardan gran parte de sus tradiciones, como ser sus cantos y danzas.

Cantos

  • ubanita
  • lunikus
  • tahti-tahti
  • suntu
  • draska
  • suklun
  • raks pura marín.

Todas estas canciones son acompañadas con guitarra española, tambor y lunku.

Las grandes fiestas realizadas antiguamente por los miskitos eran llamadas sihdru.

Danzas

  • tap sap
  • miskitu
  • usus mairín
  • kika nani
  • tambakuque.
  • La dieta alimenticia
  • La dieta de los miskitos esta compuesta principalmente por
  • yuca
  • ñame
  • malanga
  • plátano
  • arroz y
  • frijoles.

También consumen gallina, cerdo y peces que ellos mismos cazan y pescan.

Entre las bebidas tradicionales misquitas están: el guabul y el ulang, que son bebidas embriagantes de yuca, maíz, caña de azúcar y supa (pejibaye).

Actividad económica de los miskitos

La principal actividad económica del pueblo Miskitu es la agricultura, sin embargo en los últimos años también desempeñan trabajos asalariados temporales como buzos y cayuqueros en la industria pesquera de camarón y langosta que provienen entre otros sitios de Las Islas de La Bahía.

Estas empresas generan alrededor de 700 empleos en el sector, aunque muchos de ellos trabajan en condiciones infrahumanas. También se dedican en menor escala al eco-turismo como guías de turistas que visitan las selvas de la Mosquitia Hondureña.

Agricultura

Mediante la agricultura los miskitos complementan sus requerimientos alimenticios. Conforme al tipo de clima, suelos y humedad, los cultivos que realizan son de plantas como la yuca, el quequisque, las batatas, el ñame, bananos, coco, pijibay, fruta de pan, arroz, frijoles y maíz. Recolectan frutas de temporada, mieles silvestres y con animales que cazan y pescan complementan una dieta muy rica y variada.

Debido a la abundante agua los pueblos miskitos no requieren de obras para la agricultura tal como sistemas de riego sino que sus cultivos son ajustados al ambiente. Cultivan en la forma tradicional del sistema de tumba, roza, quema.

Pesca y cacería marina

Se sabe que los miskitos realizaban obras en el agua para efectos de la caza de tortugas en la zona de los cayos. En ellos construyeron centenares de palafitos usados como viviendas temporales en la temporada de pesca de langosta y caza de tortuga marina. Durante la colonia, ante la demanda de carne de tortuga de los mercados de Belice, Gran Caimán y Jamaica, los miskitos construyeron corrales de tortugas en el mar haciendo uso de troncos de madera de varias especies abundantes en los cayos y en sus costas como es el mangle.

La conservación de estos recursos naturales del pueblo miskito es responsabilidad de las propias comunidades indígenas. Por ejemplo el acceso a los cayos miskitos se encuentra controlado en forma estricta por sus propias autoridades, quienes han organizado una distribución del acceso a los recursos naturales entre las distintas comunidades.

Los miskitos conocen y usan una amplísima farmacopea de plantas que cultivan en los jardines de sus casas.

En cuanto al uso del agua para bebidas los miskitos preparan varios tipos de bebidas fermentadas como la chicha de maíz, de yuca, de coco, de fruta de pan. También se encuentra la tradición de bebidas agrias llamadas «buña», y la fabrican de yuca, batata, pijibay y ñame.

Referencias

  • https://qdoc.tips/los-miskitos-pdf-free.html
  • https://www.ecured.cu/Miskitos_(etnia_de_Honduras_y_Nicaragua)
  • https://redhonduras.com/cultura/etnia-miskitos-honduras/

Garifunas

El legado de muchas etnias o grupos aborígenes enriquecen el acervo cultural de una nación. En muchas ocasiones determinan aspectos de su idiosincrasia, que son su tarjeta de presentación ante la comunidad internacional. Sin embargo, no es frecuente ver que un grupo indígena haya dado tantos aportes a una sociedad como el caso de los garífuna.
Los garífunas son una etnia que procede del mestizaje de varios grupos originales de África y del Caribe, cuyos elementos culturales integraron.

Desde sus artesanías, pasando por su agricultura y cuidados ambientales, hasta ritmos musicales y músicos de renombrada trayectoria, han sido tantos sus aportes que la Unesco les hizo el reconocimiento de declararlos Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el año 2001.

Son el grupo étnico más grande que habita en las costas de Honduras, con una población aproximada de 300 000 habitantes. Son un grupo mestizo descendiente de los caribes, los arahuacos y esclavos africanos.

En el siglo XVIII se establecieron en la costa atlántica de América Central tras verse obligados a huir de la isla de San Vicente. Hoy día, estas comunidades viven en la costa caribeña de Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua. En el año 2001, su lengua, música y danzas fueron proclamadas «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad».

Son conocidos también como «caribes negros» o «garinagu», siendo este ultimo el término mejor aceptado por ellos, ya que el término «garífuna» se refiere únicamente a cada persona y a su idioma, mientras que «garinagu» es un vocablo africano que se refiere al grupo de personas en general.

Historia y Orígenes

La historia garífuna comienza en el siglo XVI en las Antillas Menores cuando los europeos colonizaron la zona y transportaron esclavos para trabajar sus plantaciones. Algunas islas fueron descuidadas por los españoles, incluidos San Vicente y Dominica. Los arawak caribeños arawak originales vivían allí. Tuvieron éxito durante mucho tiempo para hacer frente a los británicos y los franceses para mantener su territorio libre de los poderes coloniales.

Los caribes migraron desde el continente a las islas alrededor de 1200, según la datación por carbono de los artefactos. En gran parte desplazaron, exterminaron y asimilaron a los taínos que residían en la isla en ese momento.

El misionero francés Raymond Breton llegó a las Antillas Menores en el año 1635 y vivió en Guadalupe y Dominica hasta el año 1653. Tomó notas etnográficas y lingüísticas sobre los pueblos originarios de estas islas, incluido San Vicente, que visitó brevemente.

Según la historia oral notada por el gobernador inglés William Young en 1795, las personas de habla caribeña del área del río Orinoco en el continente llegaron a San Vicente mucho antes de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. Subyugaron a los habitantes locales llamados Galibeis, y los sindicatos se llevaron a cabo entre los pueblos.

Según el registro de Young, los primeros africanos llegaron en el año 1675 después del naufragio de un barco de esclavos procedentes de Bight of Biafra. Los sobrevivientes, miembros de la gente Mokko de la Nigeria de hoy, ahora conocida como Ibibio y los marineros británicos, llegaron a la pequeña isla de Bequia. El caribe los llevó a San Vicente y se casaron con ellos, y les dieron esposas, ya que era tabú en su sociedad que los hombres fueran solteros.


En el año 1635 los caribes fueron abrumados por las fuerzas francesas dirigidas por el aventurero Pierre Belain d’Esnambuc y su sobrino Jacques Dyel du Parquet. Quienes Impusieron el dominio colonial francés sobre los pueblos indígenas caribes. El cardenal Richelieu de Francia entregó la isla a la Compañía Saint Christophe, de la cual era accionista.

Más tarde la compañía fue reorganizada como la Compañía de las Islas Americanas. Los colonos franceses impusieron la ley francesa sobre los habitantes, y los misioneros jesuitas llegaron para convertirlos a la Iglesia Católica Romana.

Debido a que los caribes se resistieron a trabajar como obreros para construir y mantener las plantaciones de azúcar y cacao que los franceses comenzaron a desarrollar en el Caribe, en el año 1636 el rey Luis XIII proclamó La Traité des Noirs. Esto autorizó la captura y compra de esclavos del África subsahariana y su transporte como mano de obra a Martinica y otras partes de las Antillas francesas.

En el año 1650, la Compañía liquidó, vendiendo Martinica a Jacques Dyel du Parquet, quien se convirtió en gobernador. Ocupó este puesto hasta su muerte en el año 1658. Su viuda Mme. du Parquet tomó el control de la isla desde Francia. A medida que llegaron más colonos franceses, se sintieron atraídos por el área fértil conocida como Cabesterre (lado de sotavento).

Los franceses habían empujado a los restantes pueblos caribes a esta costa noreste y la península de Caravalle, pero los colonos querían la tierra adicional. Los jesuitas y los dominicanos estuvieron de acuerdo en que cualquier orden que llegara primero tendría todas las parroquias futuras en esa parte de la isla. Los jesuitas llegaron por mar y los dominicanos por tierra, con los dominicanos en última instancia prevaleciendo.

Cuando el caribe se sublevó contra el gobierno francés en el año 1660, el gobernador Charles Houel sieur de Petit Pré tomó represalias con la guerra en su contra. Muchos fueron asesinados; aquellos que sobrevivieron fueron tomados cautivos y expulsados ​​de la isla. En Martinica, los colonos franceses firmaron un tratado de paz con los pocos caribes que quedaron. Algunos caribes habían huido a Dominica y San Vicente, donde los franceses aceptaron dejarlos en paz.

Gran Bretaña y Francia hicieron reclamos contradictorios sobre San Vicente desde finales del siglo XVII en adelante. Los pioneros franceses comenzaron a cultivar informalmente parcelas en la isla alrededor del año 1710. En el año 1719 el gobernador de Martinica envió una fuerza para ocuparlo, pero fue rechazado por los habitantes del Caribe.

Un intento británico en el año 1723 también fue repelido. En el 1748, Gran Bretaña y Francia acordaron dejar de lado sus reclamos y declararon a San Vicente como una isla neutral, sin soberano europeo.

A lo largo de este período, sin embargo, el asentamiento no oficial, principalmente francés, tuvo lugar en la isla, especialmente en el lado de sotavento. Los refugiados africanos siguieron llegando a San Vicente, y una población de razas mixtas se desarrolló a través de los sindicatos con los caribes.

En el año de 1763 por el Tratado de París, Gran Bretaña ganó el control sobre San Vicente tras su derrota de Francia en la Guerra de los 7 Años, librada en Europa y América del Norte. También se hizo cargo de todo el territorio francés en América del Norte al este del río Mississippi.

Durante el resto del siglo, los nativos de Carib-African montaron una serie de Guerras de Caribe, que fueron animadas y apoyadas por los franceses. A fines del siglo XVIII, la población indígena era principalmente de raza mixta.

Tras la muerte de su líder Satuye (Joseph Chatoyer), el Caribe de San Vicente finalmente se rindió a los británicos en el año 1796 después de la Segunda Guerra Caribe, habiendo resistido durante mucho más tiempo que los nativos en otras islas. “San Vicente fue la última de las Islas de Barlovento en estar totalmente subyugada”.

Esto también fue en el período de las violentas revueltas de esclavos en la colonia francesa de Saint-Domingue, que finalmente llevó a los esclavos a ganar la república independiente de Haití en el año 1804. Los franceses perdieron miles de tropas en un intento de recuperar la isla en el año 1803, muchos a epidemias de fiebre amarilla.

Miles de blancos y personas de color libres fueron asesinados en la revolución. Los europeos en todo el Caribe y en el sur de Estados Unidos temían futuras revueltas de esclavos.

Los británicos deportaron a los Garífunas a Roatán, una isla frente a la costa de Honduras. Basados ​​en parte en su experiencia con la esclavitud en otras partes del Caribe y América del Norte, los británicos separaron a los caribes de aspecto más africano de los que tenían un aspecto más amerindio.

Decidieron que los primeros debían ser exiliados, mientras que los segundos fueron “engañados” y se les permitió quedarse. Cinco mil (5.000) Garinagu fueron exiliados, pero, debilitados por el cautiverio, solo la mitad de ellos 2.500 sobrevivieron al viaje a Roatán.

La producción de azúcar a gran escala y la esclavitud de bienes muebles no se establecieron en San Vicente hasta que los británicos se adueñaron de ella. Como Gran Bretaña abolió la esclavitud en el año 1832, la explotó durante aproximadamente una generación en la isla, creando un legado diferente al de las otras islas del Caribe. En otras partes, la esclavitud había sido institucionalizada por mucho más tiempo.

En el siglo XXI, se estima que la población Garífunas ronda aproximadamente los 600,000 en total, juntando a su gente en Centroamérica, Yurumein San Vicente y las Granadinas y los Estados Unidos. Como resultado de una extensa emigración desde América Central, Estados Unidos tiene la segunda población más grande de Garífunas fuera de Centroamérica.

Nueva York tiene la población más grande, dominada por los Garífunas de Honduras, Guatemala y Belice. Los Ángeles ocupa el segundo lugar, siendo el hondureño Garífunas el más poblado, seguido por los de Belice y Guatemala. No hay información sobre los Garífunas de Nicaragua que hayan migrado a ninguna costa de los Estados Unidos.

La población garífuna nicaragüense es bastante pequeña. Los líderes comunitarios están intentando resucitar el idioma Garífuna y las tradiciones culturales. Para el año 2014, más garífunas salían de Honduras e inmigraban “ilegalmente” hacia los Estados Unidos.

Ubicación 


La población garífuna que vive en la costa atlántica, entre Belice y Nicaragua, se distribuye en 43 ciudades y pueblos. Aproximadamente 98,000 garífunas viven en Honduras, y se concentran principalmente a lo largo de la costa norte desde Masca, Cortés hasta Plaplaya, Gracias a Dios.


Honduras

Con la ayuda de los españoles, la comunidad hondureña garífuna se trasladó originalmente de Roatán, la más grande de las Islas de la Bahía de Honduras, al territorio continental hondureño. Hoy, la población hondureña de aproximadamente 100.000 garífunas se puede encontrar viviendo principalmente en pueblos y aldeas a lo largo de la costa norte del país, desde Masca, Cortes hasta Plaplaya, Gracias a Dios.

Los viajeros que buscan experimentar elementos de la cultura garífuna actual y tradicional en Honduras pueden considerar visitar las comunidades garífunas en las áreas de Tela y La Ceiba, Trujillo y Bataya.

Guatemala

La pequeña y remota ciudad de Livingston, en la costa caribeña de Guatemala, es el hogar principal de la población de garífunas del país. Antes de la construcción de Puerto Barrios, Livingston fue el principal puerto de Guatemala en el Mar Caribe. Rodeado de jungla y solo se puede llegar en barco, Livingston es más conocido hoy en día como un lugar para experimentar la cultura garífuna de Guatemala y un destino de viaje para los visitantes en busca de un ambiente caribeño nativo.

Nicaragua

La población de Nicaragua de alrededor de 8,000 garífunas vive principalmente en Corn Island en el Mar Caribe y en el área alrededor de Laguna de Perlas, al noreste de Bluefields, capital de la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS). Según los informes, los garifunas se dirigieron a Nicaragua en el año de 1912, cuando un líder garífuna, Joseph Sambola, fundó la comunidad de Orinoco.

La Diáspora Garífuna en los EE.UU.

Muchos Garífunas han elegido migrar a los EE. UU. En busca de mejores oportunidades económicas que las disponibles para ellos en sus lugares de origen y países. Los miembros de la diáspora Garífuna en los EE. UU. Se pueden encontrar viviendo principalmente en varias ciudades importantes, entre ellas: Chicago, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva Orleans y Nueva York.

Se cree que algo del orden de 100,000 garífunas vive solo en la ciudad de Nueva York. El dinero enviado a casa por los garifunas que viven y trabajan en los Estados Unidos ayuda a mantener a los familiares y las comunidades garífunas en América Central.

Los garífuna hablan español, inglés y garífuna. Los de Guatemala y Honduras hablan garífuna y español; mientras los de Belice y Estados Unidos también hablan inglés como idioma materno. Algunos Garinagu estadounidenses asumen el inglés como único idioma.

Los garífuna, cuyo nombre proviene de los Caribe (proto-caribe *gariphona ‘hombres’) hablan una lengua arawak, puesto que a la llegada de los europeos existían comunidades caribeñas donde se hablaba variedades de Caribe y arawak.

En el año 2001 la Unesco proclamó a esta etnia centroamericana Patrimonio Cultural de la Humanidad por su lengua, danza y música, e inscrita en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Cultura y Religion

Religión

Los Garinagu no tienen una religión oficial, sino un conjunto complejo de prácticas para individuos y grupos para mostrar respeto por sus antepasados ​​y Bungiu (Dios) o Sunti Gabafu (Todopoderoso). Un chamán conocido como buyei es el jefe de todas las prácticas tradicionales garífunas.
Las prácticas espirituales de los Garinagu tienen cualidades similares a los rituales vudú realizados por otras tribus de ascendencia africana. Las prácticas místicas y la participación, como en la ceremonia Dugu y el chugu, también están muy extendidas entre los garifunas. En ocasiones, las religiones tradicionales han prohibido a los miembros de su congregación participar en estos u otros rituales.

Hoy en día, la mayoría de los garífunas son oficialmente católicos, pero algunos siguen otras religiones. Practican un catolicismo sincrético, incorporando creencias tradicionales.

También hay una minoría rastafari, que vive principalmente en Dangriga, Ciudad de Belice, Belice, y en Livingston, Guatemala. También hay Garifuna que practican la religión del Islam.

Ritos


Aunque ha sido ilegal durante mucho tiempo, obeah, la brujería tradicional del Caribe, todavía existe. Algunos garífunas todavía lo practican en secreto. Sus rituales incluyen bailes, tambores y trances para contactar a los espíritus de los muertos. Generalmente se usa para dañar a los enemigos o para evitar hechizos que otros hayan lanzado.

Un objeto usado en tales hechizos es la muñeca Puchinga. Está hecho de tela rellena de plumas negras y está enterrado debajo de la puerta de la víctima prevista. Las cruces a veces se pintan en las frentes de los niños para protegerse del mal de ojo.

Costumbres y Fiestas

Muchas celebraciones rituales garífunas se llevan a cabo en los días santos del calendario cristiano, pero algunas también ocurren en las fechas de las festividades no religiosas. Las festividades suelen incluir procesiones y bailes callejeros, a menudo con máscaras y disfraces. Bailarines de John Canoe (Yankunu) llamado así por un héroe popular jamaiquino actúan en Navidad y reciben dinero, bebidas o dulces caseros.

El 19 de noviembre, los garífunas de Belice celebran el Día del Asentamiento, que marca el comienzo de una presencia garífuna más grande en ese país en 1823. Fue entonces cuando sus antepasados ​​que habían sido expulsados ​​de Honduras, llegaron a la zona para unirse a la pequeña banda que ya se había establecido en la ciudad de Stann Creek.

En la ciudad de Dangriga, el centro de la comunidad garífuna de Belice, hay una ceremonia en el Día del acuerdo. Recrea la llegada de los colonos. Algunas personas se acercan desde el océano en piraguas. Su carga es la misma que la de sus antepasados. Incluye simples utensilios de cocina, tambores, raíces de yuca y plátanos jóvenes.

Cuando aterrizan en la orilla, se les unen cientos de espectadores. Hay una procesión animada que serpentea por las calles de Dangriga. La gente va a la iglesia católica para un servicio especial. Después,

Los principales cambios en la vida (como el nacimiento, la adultez y la muerte) están marcados por ceremonias religiosas. Combinan tradiciones católicas con ritos de la religión ancestral.

Vestimenta

La mayoría de los garífunas usan un estilo de ropa moderna occidental. Incluso entre las mujeres de edad avanzada, muy pocas aún usan los trajes tradicionales adornados con conchas. Pero visten faldas y pañuelos de colores brillantes, lo que los hace parecer muy diferentes de las mujeres más jóvenes, que usan jeans, camisetas y faldas ajustadas, al igual que las mujeres jóvenes en todas partes.

Los hombres también usan jeans, y los tradicionales sombreros de paja han sido reemplazados por gorras de béisbol. La ropa de los jóvenes ha sido influenciada por los lugares donde sus padres se han asentado. En las ciudades se puede ver a algunos jóvenes a la última moda de Nueva York, pagados con dinero enviado por familiares que viven en el extranjero.

Leyendas Garifunas

La cultura de Belice es diferente a cualquier otra cosa en la Tierra. Es una combinación única de muchas influencias diferentes, desde los mestizos españoles hasta los menonitas alemanes y los antiguos mayas. Hoy, aspectos de estas personas viven en la nación de Belice y sus cuentos populares.

  • Cuidado con el Tata Duende

En lo profundo de la jungla beliceña vive Tata Duende, allí vive un hombrecillo feo con los pies hacia atrás, un gran sombrero rojo y sin pulgares. Él saluda a los niños que caminan educadamente por los senderos de la jungla y les pide que vean sus manos. Los padres de Belice advierten a los niños que nunca lo hagan, para que Tata Duende no se limpie los pulgares.

El problema es que nunca puedes estar seguro de estar en presencia de Tata Duende. Aunque sus fantasmas probablemente no estarán en la gira de su crucero de lujo típico del Caribe, este hombre astuto a menudo se convertirá en un animal pequeño, o incluso alguien que usted conoce. Quizás lo mejor sea mantener las manos escondidas en los bolsillos si alguna vez camina por los bosques de Belice.

  • El Scary Sisemite

La leyenda dice que los peludos Sisimitos y las hembras Sisimitas vivían en las profundidades de las cuevas de Belice. Sus figuras cortas e hirsutas los hacían parecer más cercanos a los simios que los hombres modernos. También comieron frutas y hojas como simios, aunque prefirieron comer carne humana.

Se dice que sus talones estaban en la parte delantera y los dedos de los pies en la espalda, una táctica inteligente que hacía que sus huellas parecieran como si se dirigieran en la dirección opuesta. Los desprevenidos humanos podrían sentir que las criaturas se alejaban de ellos, solo para descubrir que estaban peligrosamente cerca.

Un hombre generalmente moriría en un mes después de mirar a un Sisimito a los ojos. Sin embargo, las mujeres tenían mucha más suerte, ya que la mirada de un Sisimito prolongaría su vida, si tan solo pudiera escapar. Se sabía que los sisimitos secuestraban y violaban a mujeres, mientras que Sisimitas mataba y molestaba a los hombres.

El Sisimito y Sisimita no estaban sin debilidad. Estaban petrificados de agua y perros. Los beliceños inteligentes sabían que podían escapar de un ataque caminando cerca de un río o con un compañero canino.

  • Xtabai: la mejor seductora

La Xtabai puede verse hermosa, pero no te dejes seducir por su sorprendente belleza. Esta mítica y maliciosa criatura ataca a los hombres de Belice. Ella los atrae de vuelta a su hogar en el árbol Ceiba, donde se encuentran con un final espeluznante.

Una versión de la historia habla de un niño de 15 años que a menudo desobedecía a su madre y se quedaba hasta tarde. Una noche, se encontró con el Xtabai, y se vio seducido por su pelo ondulado y su dulce voz. Se abrazaron, y el Xtabai se transformó en un árbol espinoso con agujas que atravesaron cada parte del cuerpo del niño. Desapareció tan rápido como llegó, y regresó a casa para cuidar sus heridas, decidido a cuidar a su madre en el futuro.

Economía

La cultura garífuna se ve muy afectada por la atmósfera económica que rodea a la comunidad. Esto hace que las comunidades sean extremadamente susceptibles a la influencia externa. A muchos les preocupa que el área se comercialice en exceso ya que hay pocas oportunidades económicas dentro del área.
Las etnias viven especialmente, de los recursos del mar y la tierra. Por ejemplo, las principales actividades económicas de la etnia Garífuna, de acuerdo a estudios realizados son Agricultura, 45.6% pesca, 30.7%, artesanías, 6.3%, y 17.4% otras actividades. En lo que refiere a las actividades agrícolas la producción de yuca representa más del 50% del área agrícola en las comunidades seguido de granos básicos, plátano y cocos.

Una de las características de la estructura familiar Garífuna es su forma matrifocal, es decir, centrada en la figura materna. Existe además, una marcada dispersión geográfica del grupo paren tal en núcleos de grupos matrifocales extendidos. La familia es el núcleo orgánico de la comunidad y en la familia la mujer es el soporte de la economía familiar con un alto predominio en los asuntos domésticos. En un 97% de los casos, las mujeres desempeñan funciones domesticas y labores de la tierra. La división social del trabajo en los hogares Garífunas se resume así: la siembra, cuidado y cosecha de cultivos, preparación de alimentos y ventas de productos (pan, cocos, frutas, pescado, casabe y dulces) esta a cargo de la mujer. Los hombres están a cargo de la preparación de terreno (socola, tumba y quema) pesca y artesanía. La mujer ejerce mucha autoridad en el régimen familiar y cuenta con una familia numerosa. El numero promedio de hijos por familias de 7. Otra característica de la familia Garífuna es la preeminencia en los hogares de la mujer soltera, se detecto que el 53.3% de las mujeres son madres solteras que viven con su familia, el 28.5% son casadas y el 18.2% registran como madres abandonadas que asumen el papel de jefas de hogar. El abandono socioeconómico en que se encuentran la mayoría de las comunidades étnicas, la escasez de empleo, la expropiación de sus tierras y la carencia de oportunidades de estudios superiores, induce a la desintegración de la estructura familiar y al desencadenamiento de los flujos migratorios principalmente hasta los Estados Unidos y las principales ciudades del país.

Educación

El pueblo Garífuna tiene un 68.4% de escolaridad  básica, es decir Educación primaria, sin embargo los datos de escolaridad secundaria es de 17.7% y la enseñanza Universitaria es de 3.7% y el 10.2% no tiene ninguna escolaridad. El análisis anterior debe llamar a la reflexión pues además de la escasa escolaridad en el nivel secundario y universitario. Un 10.2% de las personas no tienen ninguna escolaridad se concluye que una buena parte de la población Garífuna que no tienen ninguna formación, debe estar en condiciones socio económicas de pobreza. Estos porcentajes no difieren ostensiblemente del grado de escolaridad de la población mestiza tiene mejores oportunidades que los garífunas para compensar este problema. Por lo tanto, si debe ser preocupante el hecho que la mayoría de la población de esta etnia tenga mayor escolaridad solo en el nivel primario. La cobertura escolar de las comunidades garífunas es amplia si se compara con la de los pueblos indígenas, datos del año 1993 indican que entre preescolar y educación primaria atendían a 13,282 escolares sin embargo el analfabetismo era del 72% El diagnostico de potencialidades aporto datos importantes de la muestra de 1221 personas entre hombres y mujeres, niños y niñas todas las  comunidades   garífuna.
 
El día en la comunidad garífuna transcurre con el desarrollo de actividades productivas como la pesca, la agricultura y la producción artesanal que inician a media noche y concluyen a las 12:00 del día siguiente.

Antes del atardecer hacen vida social: dan vuelta por el pueblo, van a misa, asisten a actividades religiosas, a reuniones de hermandades o clubes, grupos deportivos o a las actividades de trabajo. Con frecuencia ocurren las relaciones interétnicas, donde se intercambian históricas y se evidencian las interacciones de poder.

La comida garífuna

El coco, yuca, camote, plátanos y los mariscos son la base de la alimentación del pueblo garífuna. Estos son ingredientes básicos de la comida tradicional garífuna. Cada uno de ellos, ya sea solos, combinados o acompañados entre sí, representan dignamente a los pueblos garífunas y su gastronomía, en los países latinoamericanos donde tienen presencia.

El pulali, por ejemplo, es una especie de atol que se hace con nuez moscada, coco, canela, vainilla y/o frambuesa que le cambia su natural color amarillento. En cambio, se  usa el tubérculo debyuca para hacer el bami, ereba o casabe, provisión rey de todas las comidas garífunas, que es muy típico en otras poblaciones caribeñas.

Bailes Garífunas

La punta es uno de los principales bailes, se presenta en un tiempo específico del día, sin importar la fecha. La hora tiene mucho que ver. La noche es la hora idónea, ya que simboliza el silencio, y éste significa la despedida al fallecido. Además, el toque adquiere una mayor concentración rítmica espiritual.

Artesanía de los garífuna

La artesanía tiene una gran connotación en la vida de los pueblos, es lo que lo diferencia uno de otro.

Uno de los elementos más utilizados en la artesanía de los garífuna es el coco. De él aprovechas desde su corteza hasta la pulpa, para fabricar gran cantidad de piezas artesanales como cayucos, tambores, servilleteros, utensilios para la cocina y más accesorios. Además, con su pulpa producen pan, leche y aceite,  que son la base de la gastronomía garifuna.

También se apoyan en el corozo, güiscoyol, la corteza de carey, con los cuales crean anillos, pulseras, llaveros, collares, pipas, tejidos, zarcillos y prendedores. Igualmente, fabrican redes para la pesca.
 
Igualmente, producen y pintan caretas para sus danzas y rituales, así como sisiras (chinchines o panderetas) y tambores y que se utilizan para fiestas no religiosas.

Para el diseño de artículos de decoración emplean materiales naturales y minerales como el hueso, el jade, y productos del mar, con ellos hacen aretes, pulseras, collares, anillos y peinetas.



Referencias:

  • https://www.buenastareas.com/materias/la-economia-de-los-garifunas/0#:~:text=%20La%20Economia%20De%20Los%20Garifunas%20ensayos%20y,GARIFUNAS%20Datos%20generales%20Los%20Gar%C3%ADfunas%20en...%20More%20
  • https://etniasdelmundo.com/c-nicaragua/garifunas/#Origen